Comentario
Cómo Diego Velázquez, gobernador de la isla de Cuba, envió un navío pequeño en nuestra busca
Después que salimos con el capitán Juan de Grijalva de la isla de Cuba para hacer nuestro viaje, siempre Diego Velázquez estaba triste y pensativo no nos hubiese acaecido algún desastre, y deseaba saber de nosotros, y a esta causa envió un navío pequeño en nuestra busca con siete soldados, y por capitán dellos a un Cristóbal de Olí, persona de valía, muy esforzado; y le mandó que siguiese la derrota de Francisco Hernández de Córdoba hasta toparse con nosotros. Y según parece, el Cristóbal de Olí, yendo en nuestra busca, estando surto cerca de tierra, le dio un recio temporal, y por no anegarse sobre las amarras, el piloto que traían mandó cortar los cables, e perdió las anclas, e volvióse a Santiago de Cuba, de donde había salido, adonde estaba el Diego Velázquez, y cuando vio que no tenía nuevas de nosotros, si triste estaba antes que enviase al Cristóbal de Olí, muy más pensativo estuvo después. Y en esta sazón llegó el capitán Pedro de Alvarado con el oro y ropa y dolientes, y con entera relación de lo que habíamos descubierto. Y cuando el gobernador vio que estaba en joyas, parecía mucho más de lo que era, y estaban allí con el Diego Velázquez muchos vecinos de aquella isla, que venían a negocios. Y cuando los oficiales del rey tomaron el real quinto que venía a su majestad estaban espantados de cuán ricas tierras habíamos descubierto; y como el Pedro de Alvarado se lo sabía muy bien platicar, dice que no hacía el Diego Velázquez sino abrazarlo, y en ocho días tener gran regocijo y jugar canas; y si mucha fama tenían de antes de ricas tierras, ahora con este oro se sublimó en todas las islas y en Castilla, como adelante diré; y dejaré al Diego Velázquez haciendo fiestas, y volveré a nuestros navíos, que estábamos en San Juan de Ulúa.